El niño, el topo, el zorro y el caballo; un pequeño libro con un gran mensaje
Además, para vender tus productos no te falta diferenciación, sino provocación; y un cuento de alguien que preferiría no hacer las cosas.
Hoy quiero hablarte de El niño, el topo, el zorro y el caballo, de Charlie Mackesy
Este es un libro ilustrado al que es fácil tenerle aprecio.
La historia (si es que podemos llamarle así, porque es más bien una serie de frases e ideas) es la de un niño y un topo que se dirigen hacia algún lugar. En el camino se encuentran primero con un zorro, y luego con un caballo. Este planteamiento permite que Charlie, artista e ilustrador británico, nos muestra unas bellas imágenes acompañadas de preguntas existenciales, frases sobre la amistad, el amor, la vida, y algunos chistes sobre pasteles 🍰
Como lectura, puedes terminarlo en 20 minutos o menos, y muchas de las frases puede que las hayas escuchado en otros lados. Pero lo importante es la experiencia de leer el libro mientras contemplas las imágenes y te tomas un momento para reflexionar.
Estoy seguro de que va a haber alguna frase que te va a tocar emocionalmente, y es ahí donde vas a hacer una conexión con el libro. Esta es la frase que me conmovió a mí:
Me parece un mensaje muy poderoso.
Yo mismo he caído en el error de querer resolver todo solo, o si no “no vale”. Para algunos, incluso, se vuelve una cuestión de orgullo y muestra de superioridad, o a veces el miedo de “molestar a alguien“. Pero me pregunto, ¿para qué sirve eso?
Solamente para causarnos daño, y a veces a los que están a nuestro alrededor. Recuerda que somos animales gregarios que necesitamos de otros; ese es nuestro poder como humanos y la razón por la que hemos sobrevivido, porque nos juntamos y trabajamos en proyectos en común. Y nos cuidamos.
Hay dos puntos en particular donde quiero llamar tu atención a la hora de pedir ayuda:
El primero es con tu círculo cercano, familiares y amigos. ¿No te ha pasado alguna vez que una persona querida por ti está sufriendo y que, por más que tratas de ayudarla, no te lo permite? ¿Cómo te hace sentir eso? Tal vez frustración o enojo. Entonces, ¿qué te hace pensar que los demás no se sienten así cuando claramente ven que necesitas ayuda y quieren proporcionártela?
Y en caso de que el problema sea más grave, o lleve mucho tiempo, o de plano, no quieras involucrar a nadie cercano, es hora de ir a terapia. Este es un tema muy delicado para algunos que, por ciertas razones, consideran esto como algo inútil o ridículo, que no es para ellos. Pero la verdad es que todos podemos beneficiarnos de la terapia, ya que proporciona herramientas y perspectivas que nos ayudan a manejar mejor nuestras emociones y desafíos.
Puede que incluso intentaran una vez y no funcionara, pero así es esto: a veces no llegas a la primera con un terapeuta que pueda ayudarte y necesitas preguntar por referencias hasta encontrar uno con el que te sientas en confianza. Solo quiero terminar diciendo una frase que escuché una vez y que tiene todo el sentido del mundo, y dice más o menos así: ir a terapia es para valientes, porque es enfrentarte con aquello que nos causa más miedo e incomodidad, nosotros mismos.
Este fue el mensaje que me llegó a mí. Es muy probable que tú identifiques tu propio mensaje en el libro, y es por eso que te lo recomiendo hoy. Y pide ayuda si la necesitas, ve a terapia si lo necesitas. No hacerlo es rendirte. No te rindas.
Para conocer más
Hay una película animada (que no he visto todavía) basada en el libro; ganadora del Óscar en 2023 a mejor cortometraje animado, y que puedes encontrar en apple TV.
Otros temas interesantes
→ Un video: No te falta diferenciación, te falta provocación; de Pamela Valdés
Pamela es CEO y Founder de Beek, una plataforma de audiolibros destacada por su contenido original. Este video es de una conferencia que dio durante la Platzi Conf donde explica que tener un "buen producto" (recordando que aunque no tengas un negocio, estás vendiendo un producto, ya sea como freelancer o como empleado que quiere crecer en su carrera) no es suficiente para que te presten atención.
¿A qué se debe esto? A que la gente no recomienda los "buenos productos", el mundo está lleno de ellos, es lo que esperamos de un producto, sin embargo, recomendamos los productos que provocan algo en nosotros. Y para ejemplo piensa en la última vez que recomendaste algo a alguien.
Siguiendo con el ejemplo que dio, un producto bueno te deja así 🙂, mientras que un producto provocativo te deja así 🤯😍🥹
Obviamente. No puedes provocar, si no haces lo esencial, resolver un problema para tus clientes. Pero si solo haces lo esencial, serás invisible a los ojos de tus clientes potenciales.
¿Y cómo puedes provocar? Hay varias maneras, pero las dos que nos comparte Pamela son
Creando experiencias "wow": sorprendentes y memorables, como ChatGPT, que crea la experiencia de hablar con una IA como si fuera un humano.
Posicionándote en medio de una tensión: estar en medio de dos cosas que normalmente no van juntas. Por ejemplo, Tesla, al combinar la conciencia medioambiental con lo premium y el estatus.
Sin duda, una charla que vale la pena escuchar completa, especialmente para profundizar en los ejemplos que da.
→ Un cuento: Bartleby, el escribiente; de Herman Melville
Escrito en 1853, este cuento narra la historia de un abogado de Wall Street con dos copistas bastante particulares, y que debido a un incremento en la carga de trabajo, necesita de un tercero. Aquí es cuando llega Bartleby:
"Al principio, Bartleby escribió extraordinariamente. Como si hubiera padecido un ayuno de algo que copiar, parecía hartarse con mis documentos. No se detenía para la digestión. Trabajaba día y noche, copiando, a la luz del día y a la luz de las velas. Yo, encantado con su aplicación, me hubiera encantado aún más si él hubiera sido un trabajador alegre. Pero escribía silenciosa, pálida, mecánicamente."
"Al tercer día de su estada, y antes de que fuera necesario examinar lo escrito por él, la prisa por completar un trabajito que tenía entre manos, me hizo llamar súbitamente a Bartleby.
(...) En esta actitud estaba cuando le dije lo que debía hacer, esto es, examinar un breve escrito conmigo. Imaginen mi sorpresa, mi consternación, cuando sin moverse de su ángulo, Bartleby, con una voz singularmente suave y firme, replicó:
-Preferiría no hacerlo.
Me quedé un rato en silencio perfecto, ordenando mis atónitas facultades. Primero, se me ocurrió que mis oídos me engañaban o que Bartleby no había entendido mis palabras. Repetí la orden con la mayor claridad posible; pero con claridad se repitió la respuesta:
-Preferiría no hacerlo.
-Preferiría no hacerlo -repetí como un eco, poniéndome de pie, excitadísimo y cruzando el cuarto a grandes pasos-. ¿Qué quiere decir con eso? Está loco. Necesito que me ayude a confrontar esta página: tóela -y se la alcancé.
-Preferiría no hacerlo -dijo.
Lo miré con atención. Su rostro estaba tranquilo; sus ojos grises, vagamente serenos. Ni un rasgo denotaba agitación. Si hubiera habido en su actitud la menor incomodidad, enojo, impaciencia o impertinencia, en otras palabras si hubiera habido en él cualquier manifestación normalmente humana, yo lo hubiera despedido en forma violenta. Pero, dadas las circunstancias, hubiera sido como poner en la calle a mi pálido busto en yeso de Cicerón."
Y así da pie a una serie de eventos bastante peculiares entre estos dos personajes, con los múltiples intentos del abogado de obtener algo de Bartleby, lo que sea, y su famosa respuesta.
Este es un cuento que nos muestra de forma bastante cruda la alienación, la desconexión con la sociedad e incluso con el propio sentido de sí mismo. Podría contarte más, pero preferiría no hacerlo 😬
Alfonso, me gustó mucho, especialmente la parte del cuento con el Caballo. y la analogía con la valentía que implica acudir a ayuda como la Terapia (o el Coaching) - Yo suelo decir en un sentido similar al que expresas, que soy Coach del Deporte Extremo de Explorar tu Interior - Y necesitamos normalizar el necesitar apoyo! Voy a buscar ese cuento porque en definitiva, me dejaste con interés! Gracias por ponerlo en mi radar!
El mensaje de Pamela me llegó muy hondo, durante mucho tiempo siendo niño bueno y desempeñándome con diligencia en lo que tenía que hacer, me encontraba frustrado porque nadie me prestaba atención ni me ascendían, hasta que entendí que no basta con ser bueno, hay que darlo a notar, alzar la voz (elegantemente) cuando sea necesario, incomodar a muchos, pero eso es lo que se requiere para avanzar decididamente hacia nuestros objetivos. Gracias por el excelente artículo.